No tengo ganas. Conoce las causas psicológicas

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Si una persona no goza ni disfruta de los placeres sexuales y no se excita lo suficiente para alcanzar un orgasmo, ¿qué motivación tiene para querer repetir la experiencia?

Algunas posibles causas son las que siguen:

Mensajes negativos sobre la sexualidad:Una pista para identificar si es esto lo que te podría estar afectando es evaluar si existen sentimientos de vergüenza o culpabilidad respecto del inicio de relaciones sexuales o la masturbación.

Miedo a perder el control: Muchas personas (particularmente las mujeres) temen las consecuencias de disfrutar plenamente de su sexualidad.
Miedo al embarazo: Si no se está utilizando un método anticonceptivo confiable, el miedo a un embarazo no deseado puede afectar significativamente el deseo sexual.
Preocupaciones por la imagen corporal y la vejez: Para muchas personas, el no sentirse cómodas con sus figuras o aspecto físico puede causarles inhibición sexual, al querer evitar una situación de exposición del cuerpo.
Falta de atracción de su pareja: si tu pareja no tiene buena higiene, tiene mal aliento, o no se esfuerza por verse atractiva, es muy posible que este punto entre en juego para sabotear tu deseo sexual.

Sentimientos de vulnerabilidad emocional: El acto sexual en pareja debe darse dentro de un contexto de seguridad emocional firme. Si no sientes esa comodidad y confianza con tu pareja, es posible que tu vulnerabilidad emocional te esté afectando.
Depresión.
Cambios en el estilo de vida: cualquier cambio drástico en el estilo de vida de una pareja (matrimonio, nuevo trabajo, mudanzas, hijos) puede traer modificaciones en el deseo sexual de la pareja, lo que en muchas ocasiones vuelve a su normalidad a medida que se van adaptando a los nuevos cambios.
Conflictos matrimoniales.

Frustraciones repetidas: Por impotencia, eyaculación precoz o haber fingido los orgasmos durante años, van llevando a la baja del deseo como una manera de evitar el fracaso
Reacciones desagradables durante el sexo: pasadas experiencias traumáticas o de abuso sexual que pueden estar afectando el deseo sexual de una persona. También refiere a aquellas personas que no disfrutan de una actividad en específico (por ejemplo, sexo oral) y que como consecuencia de esa aversión disminuyen su apetito sexual.
Ser adicto al trabajo: El sexo es juego, diversión, relajación, placer y, muchas veces, no lo incluimos entre las prioridades del listado de «cosas por hacer hoy».

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